La equitación es un deporte apasionante que requiere habilidad, dedicación y, por supuesto,
los elementos básicos adecuados. Para disfrutar plenamente de la experiencia de montar a
caballo, es esencial contar con ciertos accesorios fundamentales. Entre ellos, las sillas y las
botas de montar a caballo son elementos clave que garantizan tanto la comodidad como la
seguridad del jinete. En este artículo, exploraremos en detalle la importancia de estos dos
elementos esenciales y cómo elegir los adecuados para tu práctica ecuestre.
Antes de sumergirnos en los elementos básicos necesarios para montar a caballo, es
importante destacar los beneficios de este deporte. La equitación no solo es una forma
divertida y emocionante de disfrutar del aire libre, sino que también ofrece numerosos
beneficios físicos y mentales. Al montar a caballo, se trabaja en conjunto con el animal, lo que
fortalece el equilibrio, la coordinación y los músculos. Además, la conexión y la confianza que
se desarrollan entre el jinete y el caballo pueden tener un efecto positivo en la salud mental y
emocional.
Imagina el viento acariciando suavemente tu rostro mientras te embarcas en una emocionante
aventura a caballo. A medida que te conectas con tu compañero equino, hay un elemento
crucial que garantiza un paseo cómodo y seguro: la silla de montar. Las sillas de montar a caballo
juegan un papel fundamental en mejorar la experiencia ecuestre. Esta guía completa te
llevará en un recorrido por el fascinante mundo de las sillas de montar a caballo, explorando
sus tipos, características y todo lo que necesitas saber para elegir el compañero perfecto para
tus actividades ecuestres.
La silla de montar a caballo es uno de los elementos más importantes y personales para
cualquier jinete. Es el asiento del jinete y proporciona comodidad y estabilidad durante el
paseo. Existen diferentes tipos de sillas de montar, pero las dos más comunes son las sillas de
montar occidentales y las sillas de montar inglesas.
Las botas de montar a caballo son otro elemento esencial para los jinetes. Además de ser un
accesorio de moda ecuestre, cumplen una función crucial en términos de seguridad y
comodidad. Estas botas están diseñadas específicamente para proteger los pies y las piernas
del jinete mientras monta y proporcionar un mejor contacto con el caballo.
Una de las razones principales por las que las botas de montar son tan importantes es porque
brindan comodidad y protección al jinete. Estas botas están diseñadas específicamente para
soportar las demandas físicas de la equitación. La parte superior de cuero resistente y la suela
duradera proporcionan estabilidad y protección contra posibles lesiones, como golpes, roces o
aplastamientos. Además, su diseño ergonómico garantiza un ajuste adecuado y evita la
formación de ampollas o rozaduras durante largas horas en la silla.
Otro aspecto crucial de las botas de montar es el agarre y la estabilidad que ofrecen al jinete.
La suela de las botas está diseñada con un patrón especial que proporciona tracción en los
estribos y evita resbalones indeseados. Esto es especialmente importante al realizar maniobras
exigentes, como saltos o giros rápidos, donde la estabilidad es fundamental. Con unas botas
adecuadas, el jinete puede mantener una posición segura y equilibrada, lo que contribuye a
una experiencia de monta más placentera y segura.
En conclusión, la seguridad es de vital importancia a la hora de practicar la equitación. Este
apasionante deporte nos conecta con la majestuosidad de los caballos y nos permite disfrutar
de una experiencia única. Sin embargo, no debemos olvidar que se trata de una actividad que
conlleva ciertos riesgos. Es fundamental tomar todas las precauciones necesarias para
garantizar nuestra seguridad y la del caballo. Desde el uso adecuado de equipos de protección,
como cascos y chalecos, hasta la elección de sillas de montar y botas adecuadas, cada detalle
cuenta. Todos estos elementos se pueden adquirir en una tienda hípica online, como De Raza.
Además, es esencial recibir una formación adecuada, tanto en técnicas de monta como en
conocimientos básicos de cuidado y manejo de los caballos. Al hacer de la seguridad nuestra
máxima prioridad, podemos disfrutar plenamente de la equitación y asegurar una experiencia
gratificante y libre de accidentes. Recuerda que la clave está en el equilibrio entre la pasión por
los caballos y el cuidado responsable de nuestra integridad física.
Los caballos son animales que presentan una gran sensibilidad a los estímulos, sobre todo, cuando se trata de la zona de la cabeza. A pesar de las grandes dimensiones del animal, en la mente y corazón puede sentir muchas cosas, como amor, tristeza, soledad, confianza y miedo. Los ruidos, por ejemplo, ponen extremadamente nerviosos a estos animales, al igual que los movimientos bruscos. Para poder domar a los caballos y llevar las riendas es importante incorporar un elemento esencial en la cabeza del animal, es lo que se conoce como la cabezada. A continuación, te explicamos en qué consiste este arnés, cuáles son las partes de una cabezada de un caballo y qué tipos podemos encontrar. ¡Vamos a ello!
La cabezada es un tipo de arnés que se coloca en la cabeza del caballo. Este funciona como medio para controlar los movimientos del animal, dándole las señales que necesita a través de las riendas. Sin lugar a dudas, es una parte muy importante para poder controlar al animal e indicarle por dónde debe ir, por ende, debe ser colocada correctamente y elegir un producto de calidad que no le resulte molesto y pueda alterarlo. Generalmente, esta está hecha de cuero, aunque también la podemos encontrar de seda.
La cabezada de un caballo se compone de varias partes que pueden ajustarse mejorando la fijación a la anatomía del caballo y su comodidad. Estas son las siguientes:
Es la tira que rodea la cabeza del caballo por la zona de detrás de las orejas (se queda colocada en la parte de arriba). La testera debe reposar sobre la nuca del caballo y los montantes (o ganchos) deben abrocharse a ambos lados de la testera, a la misma altura y justo por encima de los ojos.
La frontalera es otra de las partes de la cabezada de un caballo que, como su nombre indica, se queda en la zona de la frente del animal. Esta debe estar lo suficientemente baja para evitar que le roce las orejas, además —una vez que haya sido abrochada— debe haber holgura suficiente para poder pasar los dedos entre ella cómodamente. Si la frontera se queda muy larga se desplazará hacia atrás y si queda muy justa es posible que presione las orejas del animal (incluso puede pellizcarle o causarle rozaduras).
Otra de las partes de la cabezada de un caballo es la muserola, o lo que comúnmente se conoce como el freno. Esta cinta rodea la cabeza del caballo por encima de la nariz. Al igual que con la frontalera, tras su ajuste es importante que puedan pasar dos dedos entre ella y la quijada del animal. Lo más conveniente es que quede a una altura de 2,5 cm por debajo del hueso del carrillo.
El ahogadero es la cinta que se coloca por debajo de la mandíbula del caballo rodeando el cuello del animal. Este sujeta la cabezada y evita que se salga. A la hora de colocarlo es importante que quede el espacio suficiente como para pasar la mano entre él y la quijada. ¡Ojo! Si el ahogadero queda muy apretado dificultará la respiración del caballo en el momento de bajar la cabeza o de reclinar el cuello.
Las carrilleras son las tiras que caen por los laterales de la cara del caballo. Van desde la testera hasta la boca y sujetan la muserola en caso de que la cabezada cuente con ella. Con ellas puedes modificar la posición de la embocadura, para ello puedes acortarlas o alargarlas.
Por último, nos encontramos con el cierrabocas. Este elemento de la cabezada del caballo rodea la boca del animal para que no pueda abrirla y solo es necesaria en algunos especímenes.
A todo ello habría que sumarle las riendas que, aunque van conectadas a la cabecera, son independientes. Estas son tiras largas que unen la muserola (o freno) con las manos del jinete. Con ellas, como indicábamos más arriba, el jinete puede darle las señales para que el caballo siga una dirección u otra, se detenga o comience a moverse.
Hay muchos modelos de cabezadas, dependiendo de las características del animal que la necesite. Es por esa razón por la cual no todos ellos cuentan con cada una de las partes de la cabezada de un caballo que hemos explicado en este artículo. Uno de los elementos que suele suprimirse con mayor frecuencia en muchos de estos modelos son las cintas cierrabocas. Estas solo son necesarias en los casos de caballos agresivos o nerviosos. Ahora bien, independientemente de las variaciones que podemos encontrarnos entre un modelo y otro merece la pena destacar tres tipos de cabezadas diferentes. En este apartado te explicamos cuáles son y sus características:
Al hablar de tipos de cabezadas también podemos encontrar otras clasificaciones, como es el caso de las cabezadas simples o las cabezadas dobles, pero también las cabezadas de montar —o de filete—, las de cuadra y las de presentación. Algunas cabezadas, por otro lado, pueden contar con embocadura o no. Las más comunes son las cabezadas de brida. Por supuesto, a la hora de colocarlas influye mucho si el caballo es tranquilo o nervioso —aunque eso ya lo veremos más adelante puesto que se presta para otro artículo—.
La hípica es un estilo de vida, es una forma de conectar con los caballos y de sentir adrenalina junto al animal. Además, ¡cuenta con una gran cantidad de beneficios! Y es que modalidades como la equitación te ayudan a estimular el sistema nervioso, a corregir tu postura y reforzar su enderezamiento, y a mejorar el equilibrio, fuerza, flexibilidad y coordinación, entre otras. Como es de esperar, la elección de nuestro compañero en este deporte es fundamental, pues el animal nos acompañará cada día en las actividades ecuestres, por ello, es importante tener en cuenta algunos aspectos. Queremos ayudarte, por eso en este artículo respondemos cómo elegir un buen caballo de hípica y en qué debes fijarte. ¡Vamos a ello!
Al igual que ocurre con las personas, cada caballo tiene su carácter y no son todos iguales. De hecho, podemos encontrarnos caballos con un temperamento diferente independientemente de la raza. Ahora bien, lo más habitual es que los caballos del mismo tipo tengan un carácter similar —independientemente, claro está, de que cada uno sea un espécimen único y diferente—. Lo que hay que tener en cuenta es que no todas las razas son recomendadas para la hípica. Los caballos del tipo Warmblood y sus diferentes razas, por ejemplo, son animales muy inteligentes y nobles y tienen un temperamento muy tranquilo, por lo que son muy recomendados para los deportes ecuestres. Los caballos con miedo o más asustadizos, por el contrario, no son recomendados para los jinetes poco experimentados. Es importante, en cualquier caso, que haya una conexión y entendimiento entre jinete y caballo y, sobre todo, tener mucha paciencia. Esto facilitará considerablemente el aprendizaje conjunto.
En el momento de responder a cómo elegir un buen caballo de hípica hay que tener en cuenta también el aspecto o anatomía del caballo, puesto que dependiendo de la raza podemos encontrarnos con caballos más grandes o pequeños. Algunos de los caballos más adecuados para ser montados por jinetes son los de pura sangre ingleses y los árabes, al igual que otros muchos caballos que resultan de su cruce con yeguas autóctonas. Es importante prestar atención a si el caballo es de sangre caliente o de sangre fría. Estos últimos son animales muy fuertes y resistentes, y desde siempre han sido utilizados para el trabajo y las labores en el campo. Por supuesto, también hay que tener en cuenta la altura y el peso del jinete, entre otras características.
La vida media de un caballo suele ser de 25 años. Se debe evitar elegir un caballo muy mayor para practicar deportes ecuestres debido a que su energía y vitalidad no será la misma que la de uno joven, lo que afectará negativamente al animal y al rendimiento en la actividad. Como referencia, ten en cuenta que la edad óptima para competir en la modalidad de salto de obstáculos es entre 8 y 13 años, ahora bien, hay que tener en cuenta también la raza o tipo de caballo, así como la disciplina ecuestre en la que participará el animal. En algunos casos, incluso, ha habido animales que han estado compitiendo hasta los 18 años, aunque —como es obvio— no es lo más habitual. Por supuesto, ten en cuenta la salud de tu compañero de hípica y escoge un caballo que pueda cumplir con las expectativas. No son las mismas condiciones las de un caballo para equitación que las de otro para pasear por el campo.
Tal como hemos hecho mención a lo largo del artículo, a la hora de elegir un caballo de hípica hay que tener en cuenta también cuál es nuestro objetivo o la disciplina que vamos a practicar con él. Tal como las clasifica la Real Federación Española Hípica, estas son los diferentes tipos de disciplinas ecuestres: Salto de obstáculos, doma clásica, concurso completo, raid, enganches, volteo, horseball, doma vaquera, ponis, paraecuestre, trec, turismo ecuestres y equitación de trabajo. Ten en cuenta que no todos los caballos sirven para todas las mismas disciplinas, por ello lo más recomendable es que te informes de cuáles son las mejores razas o tipos de caballo para una disciplina en concreto. Y es que no es para nada lo mismo usar el caballo para pasear por el campo que para hacer ejercicios de doma clásica, para saltar en pista o en el campo, para polo horseball o para cualquiera de las actividades que se practican en las diferentes disciplinas.
El nivel de equitación del jinete determinará también el tipo de caballo al que quiere o puede optar. A la hora de comprar un caballo, hay ocasiones en las que este ya está preparado para competir. En ese caso, el jinete podrá pasar a pista directamente con él en lugar de preparar al animal. Por supuesto, dependiendo del nivel del jinete también podrá decidir qué tipo de caballo prefiere para competir en una modalidad u otra.
Además del nivel de equitación del jinete, hay otros aspectos que se deben tener en cuenta, como el peso, la altura, la condición física de la persona que domará al caballo y otras cuestiones más que pueden influir en la elección de un tipo de caballo u otro.
Hay varias opciones a la hora de comprar un caballo de hípica. Ahora bien, es fundamental fijarse bien y elegir un buen lugar ya que, en caso contrario —y si no cuentas con muchos conocimientos— es posible que te vendan un rocín por un pura sangre. Estos son algunos de los sitios más recomendados para hacerlo:
Hay monturas y monturas en el mundo de la hípica y de los deportes ecuestres. Algunas son realmente bonitas y se ven estupendas sobre el animal —además, claro está, de proporcionar comodidad y seguridad al jinete que monta en él—, otras sin embargo se ven muy dañadas, aunque no sean tan viejas. En este artículo queremos explicarte cómo limpiarlas para recuperar el brillo y el esplendor que tenían en el pasado y hacer que se vuelvan a ver como nuevas. Si quieres saber cómo limpiar una montura de caballo, sigue leyendo.
La montura de un caballo es lo que comúnmente denominamos como silla de montar. Este elemento se une a los lomos del animal para poder montar sobre él cómodamente y para reducir las molestias. En la actualidad podemos encontrarnos varios tipos de monturas para caballos, dependiendo del modelo que elijamos podremos sacarle más rendimiento o menos a nuestro compañero. En cualquier caso, hay algunos elementos que son compartidos en la mayoría de las sillas de montar, por ejemplo, estas suelen estar hechas de cuero debido a su resistencia, adaptación y comodidad.
Limpiar las monturas de los caballos es una tarea muy importante que debemos llevar a cabo de manera periódica. No solamente porque nos permite aumentar la longevidad o vida útil del objeto, también porque una montura limpia evitará infecciones en la piel del caballo o posibles enfermedades cutáneas. Para llevar a cabo una limpieza a fondo de la montura te recomendamos que tengas en cuenta los siguientes pasos:
Como es obvio, es lo primero que debes hacer. No empieces hasta que tengas todo el material a tu disposición. Para ello, equípate con un cepillo de cerdas suave, un cubo de agua tibia, jaboncillo para el cuero, una esponja, un trapo o bayeta seca, un cepillo de dientes y un abrillantador o grasa para dar brillo al cuero. Con todos estos productos a tu disposición tendrás lo que necesitas para que la montura se vea como nueva una vez hayas finalizado.
Lo siguiente que debes hacer a la hora de responder a cómo limpiar una montura de caballo es limpiar la suciedad de la superficie. Para ello, debes cepillar la montura y quitarle el polvo más grueso o el barro, te recomendamos que uses un cepillo de cerdas suaves.
El siguiente paso es limpiar la montura con profundidad, para ello coge la esponja y el jabón para cuero y comienza a tallar realizando movimientos circulares, y de arriba abajo. Después, retira la suciedad junto con el jabón de la silla de montar a caballo. En este paso te recomendamos que hagas uso de un cepillo de dientes para poder llegar a los lugares más pequeños. Es importante que te tomes con calma este proceso para asegurarte de eliminar por completo toda la suciedad de la montura. Además, si fuera necesario tendrás que cambiar el agua en varias ocasiones, sobre todo si hacía mucho tiempo que no limpiabas la montura.
El siguiente paso es esperar hasta que la montura se seque. Para evitar que guarde humedad utiliza una bayeta seca y retira los restos de agua que puedan haberse acumulado sobre la montura. Es muy importante que la dejes secar al aire libre ya que si esta guarda la humedad puede dañarse —sobre todo, en la temporada de invierno o en los climas muy fríos—. Así mismo, es aconsejable que la acerques al radiador o a los aparatos de calefacción que puedas tener para facilitar su secado en invierno. Nunca la guardes si esta no se ha secado por completo.
Una vez que la montura se haya secado tendrás que pasar a hidratarla. Este paso es muy importante para recuperar el cuero dañado y para hacer que la montura se vea como nueva. En este caso lo que debes usar es un abrillantador. Existen muchos productos diferentes que sirven para nutrir la piel y dar brillo al cuero, te recomendamos que elijas uno especial para monturas de caballo. Recuerda que la aplicación se debe realizar por las dos caras, es decir, tanto por la parte externa como por la parte interna. El tiempo que tendrás que esperar para que la piel absorba el producto es de 24 a 48 horas. En las instrucciones del producto puedes encontrar el tiempo exacto que tendrás que esperar. ¡Ojo! Es importante que hagas caso a las indicaciones y que no te adelantes, ya que en caso contrario la grasa no habrá sido absorbida correctamente y corres el riesgo de mancharte.
Por último, pero no menos importante, tendrás que guardar la montura. Para almacenar la silla de montar correctamente nuestra recomendación es que la coloques en un lugar donde no le dé el sol directamente, ya que ello puede provocar la aparición de grietas. Tampoco debes guardarla en un lugar húmedo. La temperatura máxima recomendada es de 20ºC. Así mismo, asegúrate de colocarla sobre un portasillas del tamaño adecuado de la montura.
Ya hemos visto cómo limpiar una montura de caballo en profundidad. Ahora nos falta saber cada cuánto tiempo debemos hacerlo. Pues bien, respondiendo a esta cuestión, lo ideal es que la montura se limpie siempre después de haber sido utilizada, aunque no sea una limpieza en profundidad —únicamente para quitar el polvo acumulado y para eliminar el sudor del caballo—. Por otro lado, la limpieza en profundidad debe realizarse al menos una vez al mes. Ello debe incluir tanto el cuero, como las almohadillas, los hierros y demás elementos de la silla de montar. Además, una vez al mes debes asegurarte también de hidratar la montura. Por supuesto, el periodo puede variar dependiendo del uso.
Los caballos son uno de los animales más increíbles del reino animal. Son fuertes, esbeltos, sensibles, rápidos y nobles. En líneas generales son animales tranquilos que no suelen mostrarse violentos ante otros equinos, animales o personas. Ahora bien, como en todo, cada uno tiene su propia personalidad y muchas veces esta viene determinada por el hecho de ser caballos de sangre caliente o caballos de sangre fría. En este artículo vamos a explicarte exactamente qué tipos de caballo son cada uno y las diferencias entre ellos. ¿Quieres saber cuál es la diferencia entre caballos de sangre caliente y de sangre fría? ¡Sigue leyendo!
Cuando hablamos de caballos de sangre caliente no nos referimos a una raza, sino a una clasificación. Tal como coinciden muchos expertos equinos, estos animales proceden de los calurosos desiertos de los países árabes y del norte de África —razón por la cual reciben el nombre de caballos de sangre caliente, aunque también (principalmente) por su temperamento vivo y sus reacciones—. Aunque hay también quienes afirman que son originarios de Europa y que se pueden encontrar en varios países asiáticos. Lo cierto es que este tipo de caballos es el más común en todo el mundo, además no son tan altos y musculosos como los caballos de sangre fría. De hecho, estos caballos son elegidos por muchos jinetes por sus destrezas en el salto y la doma. Muchos de los caballos de sangre caliente son criados de manera cuidadosa a través de registros de sangre. Generalmente, solo uno de los padres debe ser de sangre caliente, aunque algunas razas específicas requieren que lo sean los dos progenitores.
Son muchas las razas de caballos de sangre caliente que existen, aunque las más populares son las siguientes:
Ahora bien, como decíamos, la mayoría de los caballos que podemos encontrar son de sangre caliente, lo que significa que existen una gran cantidad de razas en todo el mundo. Podemos encontrarnos, por ejemplo, los caballos de sangre caliente Anglo-Árabe, los Akhi, el Teke, el Marruecos Barb, el Bintabian, el Pura Sangre Inglés y el Pura Sangre Irlandés.
Los caballos de sangre fría son animales que destacan por su gran tamaño, su robustez y su carácter plácido e imperturbable. Se cree que los caballos de sangre fría provienen del bosque de las regiones septentrionales, la estepa o la tundra. Es decir, de lugares con un clima muy frío. De hecho, esto explicaría su gran constitución, esbelta y musculosa, que sirve para protegerlos de las bajísimas temperaturas que soportan. Son animales muy fuertes y resistentes, como decíamos, razón por la cual son utilizados para el trabajo y labores de campo, además han acompañado a las personas en el día a día durante siglos.
Al igual que ocurre con los caballos de sangre caliente, podemos encontrar muchas razas que se catalogan como caballos de sangre fría. Algunas de las más populares son las del caballo de sangre fría Clydesdale, el Friesian, Haflinger, Noriker, Piotevin, Comarca, el caballo Alemán del Sur, el Lusitano, el caballo Belga. Hay que tener en cuenta que no todos los caballos de sangre fría son animales de gran tamaño. De hecho, podemos encontrarnos gigantes como el Clydesdales, pero también ponis galeses inteligentes y con buen temperamento —a pesar de que este tipo de caballos son conocidos por ser más tercos, su actitud se basa en la inteligencia, lo que significa que pueden ser entrenados para que resulten más obedientes y tranquilos—.
Como ya habrás imaginado, la clasificación de caballos de sangre caliente o caballos de sangre fría no tiene que ver con la temperatura corporal del animal, así como tampoco con la raza o los orígenes. Esta clasificación atiende, principalmente, al aspecto del animal, su función y, por supuesto, su temperamento —esto significa que podemos encontrarnos con varias razas dentro de cada una de las clasificaciones—. Los caballos de sangre caliente tienen un temperamento más activo, suelen ser animales más nerviosos y asustadizos —aunque con un buen entrenamiento, paciencia y cariño pueden llegar a convertirse en los animales más leales—. Por el contrario, los caballos de sangre fría son más estables y tranquilos, con carácter plácido e imperturbable. Esta clase de caballos suele ser muy paciente y no se asusta con facilidad. Son animales muy inteligentes y fieles compañeros que se amoldan perfectamente a los humanos.
Una tercera clasificación de caballos que debemos tener en cuenta es la de los caballos de raza templada. Según afirman algunos expertos, estos equinos son una mezcla de caballos de sangre caliente y caballos de sangre fría. En ocasiones, son denominados también como caballos de media sangre —en contraste con los caballos de pura sangre—. Este tipo de caballos suelen tener una estructura ósea más fina, ya que conservan las características del caballo árabe. Su temperamento, por el contrario, es más tranquilo y menos brioso que estos últimos. Ahora bien, eso no quita que sigan siendo más fogosos e impredecibles que sus antepasados, los caballos de sangre fría. Hoy en día estos caballos son muy utilizados como caballos de deporte, pero también para el paseo. Algunas de las razas de caballos de sangre templada más populares son las de American Albino, la American Indian, la Don neerlandés, la Oldenburgo, la Holsteiner irlandés, la Half-árabe Hanoverian, los Lipizanos y la Morgan.
El caballo es uno de los animales más fuertes y veloces que podemos encontrar en la naturaleza. Su anatomía y su estructura hacen de él un animal impresionante, capaz de correr hasta los 50 km/hora o más y de poder saltar obstáculos de hasta 1,70 metros —dependiendo de cada raza y del entrenamiento—. Todo ello viene determinado por la anatomía del caballo, y eso es lo que vamos a explicarte en este artículo. A continuación, analizamos cuáles son las partes del caballo y la morfología del caballo. ¡Entérate de cómo es este animal aquí!
Lo primero que debemos aclarar, antes que nada, es el concepto de hipología. Este se refiere al aspecto general del caballo y a las diferentes partes de la morfología, pero no solo eso. La hipología es la parte de la veterinaria que se encarga de estudiar a los caballos. Esta ciencia se ocupa del estudio de la estructura, su fisiología, la filogenia, la reproducción y la cría. También aspectos culturales relacionados con el caballo. Por lo tanto, para responder a cómo es la anatomía del caballo debemos centrarnos en lo que dice la hipología al respecto.
Antes de empezar a hablar de la anatomía del caballo debemos valorar cuál es la cruz de este animal, puesto que a partir de ella podremos hacer una distinción de las distintas partes del caballo y nos resultará más sencillo responder al siguiente apartado. La cruz en zoología aplica únicamente a los animales cuadrúpedos y se corresponde con una prominencia que se sitúa en la porción anterior del espinazo debido a que las vértebras dorsales son más largas que las restantes. La cruz del caballo se utiliza, así mismo, para conocer la influencia en el comportamiento funcional. Por supuesto, cuanta más cantidad de músculos tenga el caballo más posibilidades de mejorar tendrá mediante la gimnasia adecuada. Se llama cruz del caballo porque divide al animal en cuatro partes. Por un lado, está la cabeza y cuello, por otro las patas delanteras y el pecho, por otro lado, el lomo y por otro la zona de la barriga y patas traseras.
La anatomía es la ciencia que se encarga de estudiar la estructura del cuerpo del caballo. Esta se basa en la observación mediante un examen descriptivo de las partes del caballo con el fin de comprender su funcionamiento. La anatomía incluye huesos, músculos del caballo, órganos internos, aspecto físico… En este apartado vamos a ver cuáles son los músculos, huesos del caballo y sus órganos.
Un caballo tiene alrededor de 500 músculos en su cuerpo, de hecho, solo en las orejas podemos encontrarnos con un total de 16 músculos. La morfología del caballo es muy completa y compleja, y por supuesto, es la que determina sus funciones y las destrezas del animal. Al hablar de los músculos del caballo destacan algunos como el romboide, el esplenio, el trapecio, el dorsal menor y mayor, los glúteos, los bíceps femorales, el semitendinoso, el flexor digital profundo y largo, el extensor digital largo y lateral, los abdominales oblicuos externos, los interconectores externos, el pectoral, el flexor carpo radial, el ulnar lateral, los extensores digitales comunes y del carpo, el tríceps, el pectoral, el deltoide, el esternocefálico, el braquiocefálico y el masetero —este último, ubicado en la cabeza—. En la siguiente ilustración puedes ver cuáles son los músculos de caballo más destacados.
La región de la cabeza es muy importante ya que es la parte en la cual el animal recibe la información del exterior, pero también dónde la envía al resto —principalmente—. Es decir, forma parte del lenguaje del caballo.
En el caso de los huesos del caballo nos encontramos que estos animales tienen un total aproximado de 205 huesos, de los cuales 46 forman parte de la vértebra, 36 son costillas y 34 del cráneo, el resto de huesos los podemos encontrar a lo largo de toda la figura del caballo, como es el esternón, las patas, el cuello… En esta ilustración puedes hacerte una idea de cuáles son.
Los órganos del caballo, al igual que el de las personas, se componen de todos aquellos tejidos que forman parte del sistema digestivo, así el corazón, los pulmones, los riñones, el sistema nervioso, la piel y demás tejidos que desempeñan una función particular en el cuerpo del animal, como puedes ver en la foto.
Ahora que ya has visto cuáles son los aspectos básicos de la anatomía del caballo vamos a centrarnos en la morfología de este animal, es decir, en el aspecto y forma concreta de los caballos. Nos encontramos con las siguientes partes del caballo.
Las partes de la cabeza del caballo pueden dividirse en varias regiones. Estas son la frente o testuz, la ternilla, el chaflán, las cuencas o fosas temporales, las sienes, los ojos, el carrillo, la barba, los belfos y la quijada.
El cuello del caballo suele ser denominado como cuello de cisne, cuando existe una convexidad muy marcada. Es donde se insertan las crines —esta parte es más marcada en machos que en hembras—.
En este caso nos encontramos con varias partes, cada una de las cuales cumple con su función. Estas son el dorso, el lomo, la grupa, el anca, el pecho, las axilas, la cinchera, el vientre, los costados y los flancos o ijares.
Las extremidades del caballo son las que permiten al animal aguantar el peso, sobre todo, en el caso de las patas delanteras —que son las que más peso aguantan—. Las partes de las extremidades del caballo son la espalda, los hombros, los brazos, el codo, los antebrazos, las rodillas, la caña, el tendón, el menudillo y la cuartilla.
Y, por último, nos encontramos con las partes de las patas traseras del caballo, que se corresponden con el muslo, la babilla, la pierna y el corvejón.
Para tener un caballo no es necesario disponer de una granja o una amplia extensión de terreno con establo para que el animal pueda correr, gastar energías, descansar y alimentarse. El servicio de pupilaje de caballo es una solución al problema de las personas que no cuentan con espacio suficiente para ofrecerle al animal el cuidado de caballos necesario. Con ellos tienen a su disposición todo lo que necesitan. En este artículo respondemos a qué es el pupilaje de caballo y te explicamos todo lo que necesitas saber. ¡Vamos a ello!
El pupilaje de caballos tiene que ver con el servicio de cuidado de caballos que se ofrece desde las hípicas. Este contempla la estabulación, así como la higiene y la alimentación del animal en la cuadra —independientemente de que sea un caballo, una yegua o un pony—. El pupilaje de caballos se solicita alquilando el box o la cuadra —también puedes tenerlos en propiedad y contratar este servicio de cuidado de caballos—.
No todos los servicios de pupilaje son iguales, como ocurre con todo. Ahora bien, ten en cuenta que este debe contemplar el cuidado, así como la higiene y la estabulación de tu mascota, por lo tanto, es muy importante que cuentes con un profesional y te asegures de que el animal estará en perfecto estado. El servicio de pupilaje de caballos debe ofrecer un trato correcto al caballo, esto significa que debe cubrir con su hospedaje en un box o cuadra, debe proporcionar una cama adecuada para el animal, forraje, pienso y avena, una limpieza diaria e, incluso, equipo. Como es obvio, el box debe estar siempre limpio y la cama debe ser del tamaño adecuado para evitar los roces. Otra de las cosas que se debe tener en cuenta al responder a qué es pupilaje de caballos y qué servicios debe incluir es la disponibilidad de agua limpia para el animal en todo momento, sobre todo, en la temporada de mayor calor. Ten en cuenta, así mismo, que el caballo debe recibir —por lo menos— la mitad de lo que come en forraje. Es decir, entre 4 y 6 kg de heno diario.
Algo muy importante que debes considerar también a la hora de contratar un servicio de pupilaje de caballos es si los animales son atendidos los fines de semana y festivos o no. También, la forma en la que se organiza la cuadra de manera que el caballo coma lo que necesita —ni más ni menos—, y que saldrá de su box cuando lo necesita. Es fundamental, por otro lado, que el servicio de pupilaje se complemente con la función de un veterinario para que pueda atender al animal en caso de necesidad.
Ahora que ya sabes qué es pupilaje de caballos y cuáles son los servicios de cuidados que recibirá tu caballo, vamos a exponerlos en forma de listado para que resulte más fácil de comprender al lector:
El pupilaje de caballos puede complementarse con otros servicios que se pagan aparte del precio de pupilaje de caballos. Estos son algunos de los más populares:
El pupilaje de caballos se lleva a cabo en las hípicas, como un servicio aparte del que prestan. Es decir, aparte de las clases, de las licencias, de las matriculaciones en las competiciones ecuestres… También podemos encontrar hípicas que se dedican de manera exclusiva al pupilaje de caballos y que tienen como función principal llevar a cabo todos los cuidados de caballos, así como de ponys y yeguas para que los animales siempre estén bien y perfectamente atendidos.
El precio del pupilaje depende, sobre todo, de los servicios que incluye. Es decir, si cuenta con los servicios básicos y necesarios o si, por el contrario, contempla prácticamente todas las necesidades que puede requerir un caballo. Por lo general, el precio de pupilaje de caballos no suele contemplar las vitaminas, así como tampoco las vacunas, el servicio de veterinario, herrador, dentista, desparasitación o las clases de equitación. Tampoco los gastos de competición o transporte de equipo y las licencias. De esta forma, el precio de pupilaje de caballos o la cuota de manutención suele oscilar entre los 300 € y 400 € al mes.
Mantener un caballo supone llevar a cabo una serie de cuidados diarios que son imprescindibles para que el animal esté en perfecto estado. Sin entrar en mucho detalle, estos son los cuidados de caballos básicos que suelen estar incluidos en el servicio de pupilaje:
Montar a caballo es una experiencia única. Ello implica una conexión con el animal y un vínculo de confianza que fluye en ambos sentidos, así como una compenetración en los movimientos. Un jinete profesional que monta a caballo entiende perfectamente el comportamiento del animal y sabe qué necesita en todo momento, puede detectar si está nervioso, si se encuentra cansado o si sufre alguna molestia. Montar a caballo es una actividad muy divertida y uno de los sueños pendientes por cumplir de muchas personas, por eso en este artículo queremos darte las claves que necesitas para que aprendas a hacerlo y para que disfrutes de la experiencia al máximo. ¡Presta atención a nuestros consejos si quieres aprender a montar a caballo!
Aunque montar a caballo es una actividad muy divertida, emocionante y única, es importante contar con práctica y disciplina para poder hacerlo. Siempre hay una primera vez, de eso no cabe duda, pero cuanta más información se tenga y más se practique mejor. Y es que no es lo mismo montar un tipo de caballo que otro, influye mucho el temperamento del animal, así como también el tipo de montura que lleva puesto. En este apartado te explicamos qué debes saber para aprender a montar a caballo por primera vez.
Es una de las leyes fundamentales cuando se está aprendiendo cómo montar un caballo. Hay que tener en cuenta que algunos especímenes pueden tener un carácter más complicado que otros (sumado a su fuerza, el proceso de montar a caballo puede resultar difícil). Ello implica mostrarse firme para domar al animal, pero nunca llevar a cabo una acción que pueda hacerle daño.
Ten en cuenta que los caballos son animales muy sensibles, a pesar de su tamaño, y por eso pueden detectar rápidamente cómo te sientes. Es importante relajarse y evitar los miedos cuando vas a montar a caballo y tomar decisiones firmes. ¡Si vas a subir vas a subir, no te quedes a medias! El nerviosismo es el peor enemigo en estos casos y puede ocasionar más de una caída por movimientos inadecuados o por estar demasiado rígido como para compenetrarte con el animal y aprender a galopar.
La equipación es fundamental para protegerse y disfrutar de la experiencia de manera segura. Lo más importante es que uses casco, botas y ropa adecuada, esto evitará daños mayores en caso de caídas y hará que vayas muy cómodo/a sobre el lomo del caballo. Así mismo, asegúrate de que la montura está bien colocada y fijada.
Como cualquier otro animal, el caballo puede tener reacciones inesperadas. Es fundamental, por ende, que estés alerta para reaccionar de la manera adecuada: obsérvalo y compréndelo. Así mismo, si vas a montar a caballo por primera vez no tengas miedo a caer, ten en cuenta que estos paseos iniciales se realizan por terreno simple con arena que amortigua los golpes. Además, los monitores estarán atentos en caso de que estés perdiendo el equilibrio para detener las clases.
Ahora que ya tienes claros algunos consejos básicos y esenciales a la hora de montar encima de este animal es momento de ver los pasos para aprender a montar a caballo. Ten en cuenta lo siguiente:
Ten en cuenta que durante las primeras veces el caballo puede moverse (sobre todo si no ejercemos la presión necesaria para que se mantenga fijo). Por ello, es aconsejable que alguien lo sujete mientras subes. Por otro lado, a la hora de galopar debes adaptarte a él con el movimiento de la pelvis en el asiento y de los brazos que sujetan las riendas. Evita movimientos bruscos para que no haya roces, ten en cuenta que las riendas te conectan con la boca del animal y esta es una zona muy sensible. Debes entrar en sintonía con el caballo para crear un vínculo que te permita disfrutar de la experiencia.
Los ejercicios para montar a caballo te ayudarán a mejorar la pierna y por tanto la fuerza que necesitas para subir a los lomos de este majestuoso animal. Y no solo eso, estos ejercicios están pensados para mejorar tu equilibrio y tu estabilidad.
La edad mínima recomendada para montar a caballo es a partir de los 5 años de edad, tal como afirma la Real Federación Hípica Española. Desde los 5 años los pequeños podrán comenzar montando en poni. Si un niño se inicia en equitación a los 5 años, posiblemente a los 9 puede estar preparado para pasar de nivel y comenzar a prepararse con caballos.
No, no se recomienda montar a caballo en caso de estar embarazada ya que si hay un accidente o caída el feto puede sufrir daños.
El mundo de las disciplinas ecuestres ha evolucionado mucho a lo largo del tiempo, igual que lo han hecho las monturas para caballo durante siglos. Hoy en día podemos encontrarnos con una gran variedad de monturas para caballos que varían, generalmente, en función de la actividad que se realice con ellas y de la elaboración de las mismas. En este artículo queremos ayudarte a responder al interrogante sobre cuáles son las partes de la montura de un caballo, para que no te queden dudas al respecto.
La montura de un caballo es lo que de manera general se conoce como silla del caballo o silla de montar. Esta es el elemento esencial que permite a los jinetes subir a los lomos del animal, mejorando la comodidad, pero también protegiendo el lomo del caballo. Los primeros jinetes no tenían sillas, puesto que cabalgaban a pelo. Las monturas fueron inventadas hace unos 2.000 años por los guerreros de las estepas asiáticas revolucionando, desde ese momento, el arte de montar a caballo. De esta forma se disminuía el número de caídas y podían luchar de forma mucho más efectiva. Desde entonces hasta la fecha, la montura, así como las partes de la silla de montar, ha evolucionado muchísimo. Eso sí, el proceso de elaboración sigue siendo muy minucioso y se realiza al detalle.
Como decíamos, las partes de la montura de un caballo (o las partes de una silla de montar) han mejorado de manera notable a lo largo de los años. Hoy en día, podemos encontrarnos con verdaderas obras de arte, muchas de las cuales incluyen hermosos grabados y diseños muy atractivos.
La ación o aciones son las correas que sujetan los estribos a la silla del caballo. Estas tiras están hechas de cuero (generalmente), aunque también las podemos encontrar de materiales sintéticos o con decoraciones. La ación, por tanto, es la pieza que cuelga de la silla de montar y su longitud depende de la altura de los jinetes (son regulables).
La armadura es una de las partes de una silla de montar más importantes. Sobre ella se construye el asiento, de hecho, es el esqueleto del mismo. En el pasado las armaduras solían ser de madera y se utilizaban para combatir, aunque resultaban pesadas y rígidas —además de incómodas para el animal—. Hoy en día existen muchas variantes que se adaptan en función de la anchura y la estructura del dorso del caballo, generalmente están fabricadas con materiales sintéticos. Otra forma de referirse a la armadura es como el arzón de la silla de montar o bastidor. Sobre él se fijan los diferentes componentes de la montura, además, esta pieza determina el aspecto final así como el ajuste que tendrá la silla una vez acabada.
El asiento de la montura del caballo es la silla, propiamente dicha. Es la zona donde se coloca el jinete y este puede ser más o menos profundo según el modelo y la altura de los borrenes. Podemos encontrarnos con varios tipos de sillas, en función del uso, como es el caso de la silla de doma (o potreras), la silla de paseo y la silla vaquera. También destaca la silla de Gardian de la Camarga francesa, la silla bardella de buttero italiano, la silla mexicana (o charra) y la silla vaquera española, entre otras.
Los bastes o barras de montura van en la parte inferior de la silla, son el relleno de la misma. Estos evitan que la columna del animal contacte directamente con la moldura, además distribuyen el peso del jinete. Una silla de montar está bien ajustada al caballo cuando los bastes se apoyan por completo en el lomo del caballo, sin dejar huecos.
El borrén puede ser delantero y trasero, y las monturas incluyen ambos. El borrén delantero suele ser conocido también como perilla, en él se ataba antiguamente una pieza de lana que originalmente servía de abrigo para el jinete y hoy en día queda como adorno. El borrén delantero es la parte del asiento que sobresale a la altura del cuello del animal, mientras que el borrén trasero es la pieza que sobresale por la parte de la cola. Este último es conocido en algunos casos como concha, sobre todo cuando es muy acentuado.
La cincha se corresponde con la correa que sujeta la silla sobre el dorso del caballo. Esta rodea el tórax del animal.
La cuña de la montura del caballo se utiliza para equilibrar las sillas de montar. Estas se colocan en los bastes de las sillas.
En realidad, se trata de una de las partes de la montura de un caballo más escondidas que hay. Esta última sirve para sujetar las aciones a la silla y están disponibles en varios modelos. Las estriberas abiertas evitan que el jinete se quede enganchado en los estribos, en caso de una caída. Las estriberas cerradas, por otro lado, necesitan reforzarse con estribos de seguridad —estos últimos se abren en caso de caída y liberan el pie del jinete—.
El estribo de la montura del caballo es otra pieza que cuelga de la silla de montar y podemos encontrar dos, uno en cada lado. Los estribos son las piezas en las que se apoyan los pies, estas se encuentran al final de las aciones. Al igual que en el caso anterior, podemos encontrarnos con varios tipos de estribos para caballos, estos varían en función de la disciplina y de quién vaya a montar a caballo. Los estribos de seguridad incluyen una parte móvil con un material fácil de romper para que el pie se libere rápidamente en caso de caerse y engancharse con el mismo —para evitar ser arrastrado por el caballo—.
Los faldones se utilizan para evitar la rozadura de las piernas del jinete contra los costados del animal. Estas piezas están hechas de cuero y cubren, así mismo, los latiguillos. El tamaño de los faldones y la forma varía dependiendo de cada silla.
El guarda hebillas es una parte de la montura que resulta de gran utilidad para guardar las hebillas o estribos cuando estos no están siendo utilizados. De esta forma, se evita que queden colgando.
Los latiguillos son las correas ubicadas bajo los faldones que cumplen con la función de sujetar la cincha. Los latiguillos (caballo) suelen estar fabricados de cuero.
La rodillera es la parte de la montura que queda por delante del faldón. Esta sobresale y limita el avance de la pierna, lo que permite al jinete apoyar la rodilla y mejorar la comodidad, además de mantener una postura correcta.
La zalea, por último, es otra de las partes de una silla de montar. Esta se corresponde con la cubierta de borreguito que se coloca en la silla española. Su fin es proporcionar comodidad al jinete.
La silla de montar se construye directamente sobre el armazón del caballo. Este era fabricado con madera en el pasado, aunque hoy se emplean materiales sintéticos que se adaptan mejor al caballo. A la hora de hacer monturas hay que tener en cuenta que el tamaño del armazón determina el ajuste de la silla sobre el dorso del caballo, así como también la talla. Las estructuras transversales, por otro lado, son los arzones. Estos van en la parte delantera y trasera y unen los brazos longitudinales. En la antigüedad las sillas de montar eran forradas con telas labradas que les daban un aspecto más pintoresco a las monturas. Además, los arzones o armaduras, cuando no estaban forrados, eran decorados con pasta o con dibujos que representaban asuntos históricos o mitológicos.
La equitación es un deporte que comprende diferentes disciplinas. Mientras que en algunas de ellas se pone a prueba la resistencia tanto física como psicológica del binomio conformado por caballo y jinete, en otras se pone el foco en la demostración de gran soltura y elegancia.
Partimos de la base de que todos los caballos podrían adaptarse a las diferentes disciplinas. Sin embargo, las cualidades propias de cada raza, en lo referente al carácter y características físicas de los caballos, los hacen más idóneos para unas modalidades ecuestres que para otras.
En este sentido, nos encontramos, por ejemplo, con los caballos Hannoverianos, caracterizados por su elegancia y sus movimientos atléticos, muy apropiados para la disciplina de la Doma Clásica, mientras que, por ejemplo, los caballos centroeuropeos, como silla francés o KWPN, se han convertido en una de las mejores razas para la disciplina de Salto.
Cada disciplina exige unos requerimientos específicos para ser superadas. Y tanto el caballo como el jinete han de estar a la altura y cumplir con las exigencias de cada prueba. En este sentido ¿qué características habría de tener un caballo para destacar en Doma Clásica? ¿Y en la exigente prueba de Raid?
Te contamos todo lo que necesitas saber acerca características de los caballos para las diferentes disciplinas ecuestres.
La Doma Clásica es una de las disciplinas ecuestres más populares y practicadas en todo el mundo. En esta modalidad se valora la armonía entre el jinete y el caballo durante la realización de unos movimientos de gran dificultad.
Dichos movimientos han de realizarse en el orden establecido y han de ejecutarse de manera natural por el caballo. ¿Cómo se consigue tal hazaña? Tras un exhaustivo entrenamiento realizado, de manera conjunta, por el jinete y el caballo, donde se crea la especial conexión que les une.
¿Cuáles son las características de los caballos para la Doma Clásica? Carácter dócil, agilidad, elegancia e inteligencia. En este sentido, los caballos Hannoverianos y los Westfalianos, cumplen con creces estas cualidades.
Sin duda una de las disciplinas más conocidas por todo el mundo. El salto ecuestre pone a prueba la unión entre el caballo y el jinete, pues han de estar totalmente compenetrados para conseguir los objetivos de esta prueba.
Desde barras paralelas a pequeños muros, pasando por fosos, jinete y caballo han de completar el recorrido en el menor tiempo posible sin derribar ningún obstáculo ni producirse rehúses.
¿Cómo ha de ser el caballo más adecuado para el Salto de obstáculos? Flexible, ágil, obediente y elegante, ya que, en esta disciplina, se valora el espectáculo y la belleza durante la realización de los saltos.
Entre las razas más apropiadas para esta disciplina ecuestre, encontramos el Warmblood Silla Francés, caracterizado por su agilidad y flexibilidad, así como por su carácter dócil que facilita los entrenamientos.
El Raid es una de las disciplinas más exigentes, tanto para el caballo como para el jinete. En ella, el binomio ha de recorrer largas distancias en tan solo un día, por lo que la resistencia del animal y la capacidad del jinete para dosificar las fuerzas del caballo, son claves para superarla.
La dureza de la prueba inclina la balanza hacia los caballos caracterizados por su fuerza, resistencia y unas condiciones físicas excepcionales. En este sentido, los Caballos Árabes son unos de los que mejor se adapta a esta disciplina, ya que, por su morfología, soporta muy bien las largas distancias.
Además de sus características físicas, es esencial que el caballo goce de un carácter equilibrado pues, la disciplina Raid es tan exigente física como mentalmente.
En la Doma Vaquera, la presencia e imagen que transmite el caballo es de vital importancia. Estamos ante una disciplina en la que se ensalza, por encima de todo, la belleza de estos majestuosos animales.
En esta disciplina, el caballo ha de realizar una serie de movimientos traídos de los que se ejecutan en el campo para trabajar con el ganado vacuno. El caballo por excelencia para la doma vaquera es el Pura Raza Española, caracterizado por su agilidad, destreza y soltura en la ejecución de los ejercicios.
Además, los PRE se caracterizan por ser caballos equilibrados, nobles, dóciles y de una belleza excepcional.
Esta disciplina ecuestre sería el equivalente al Triatlón de los atletas. A lo largo de tres días, se disputan tres pruebas: doma, cross y salto de obstáculos en pista. Todas las pruebas son realizadas por el mismo caballo.
Por ello, si tenemos que destacar una característica del caballo hablamos de versatilidad. Sin duda, los caballos ideales para la disciplina de Concurso completo han de estar dotados de agilidad, velocidad, resistencia, docilidad, elegancia y equilibrio.
Estamos ante una competición muy completa que requiere de esfuerzo, constancia y experiencia, tanto por parte del animal como del jinete.
Esta disciplina acrobática ecuestre consiste en practicar ejercicios gimnásticos sobre un caballo a galope en círculo, guiado “a la cuerda” por un conductor. Se trata de una de las disciplinas menos conocidas del mundo del caballo, aunque su popularidad no deja de crecer.
Esta disciplina requiere de una gran fortaleza física por parte del jinete, así como una dilatada experiencia en la monta de los caballos. Han de realizar ejercicios de gran dificultad técnica que, en conjunto, forman una coreografía original y bella.
Por lo que respecta al caballo, su comportamiento es lo más valorado por los jueces, así como su conexión con el gimnasta. El carácter dócil, equilibrado y amable de los caballos son las cualidades más buscadas para la práctica de esta disciplina.
Junto a estas cualidades que conforman la personalidad del caballo, los requerimientos físicos son: un lomo amplio y plano, el cuello redondo y una grupa caracterizada por su buena musculatura. Además, el caballo, ha de realizar movimientos suaves y definidos que permitan al gimnasta realizar los ejercicios de manera cómoda y segura.