Los caballos son uno de los animales más increíbles del reino animal. Son fuertes, esbeltos, sensibles, rápidos y nobles. En líneas generales son animales tranquilos que no suelen mostrarse violentos ante otros equinos, animales o personas. Ahora bien, como en todo, cada uno tiene su propia personalidad y muchas veces esta viene determinada por el hecho de ser caballos de sangre caliente o caballos de sangre fría. En este artículo vamos a explicarte exactamente qué tipos de caballo son cada uno y las diferencias entre ellos. ¿Quieres saber cuál es la diferencia entre caballos de sangre caliente y de sangre fría? ¡Sigue leyendo!
Cuando hablamos de caballos de sangre caliente no nos referimos a una raza, sino a una clasificación. Tal como coinciden muchos expertos equinos, estos animales proceden de los calurosos desiertos de los países árabes y del norte de África —razón por la cual reciben el nombre de caballos de sangre caliente, aunque también (principalmente) por su temperamento vivo y sus reacciones—. Aunque hay también quienes afirman que son originarios de Europa y que se pueden encontrar en varios países asiáticos. Lo cierto es que este tipo de caballos es el más común en todo el mundo, además no son tan altos y musculosos como los caballos de sangre fría. De hecho, estos caballos son elegidos por muchos jinetes por sus destrezas en el salto y la doma. Muchos de los caballos de sangre caliente son criados de manera cuidadosa a través de registros de sangre. Generalmente, solo uno de los padres debe ser de sangre caliente, aunque algunas razas específicas requieren que lo sean los dos progenitores.
Son muchas las razas de caballos de sangre caliente que existen, aunque las más populares son las siguientes:
Ahora bien, como decíamos, la mayoría de los caballos que podemos encontrar son de sangre caliente, lo que significa que existen una gran cantidad de razas en todo el mundo. Podemos encontrarnos, por ejemplo, los caballos de sangre caliente Anglo-Árabe, los Akhi, el Teke, el Marruecos Barb, el Bintabian, el Pura Sangre Inglés y el Pura Sangre Irlandés.
Los caballos de sangre fría son animales que destacan por su gran tamaño, su robustez y su carácter plácido e imperturbable. Se cree que los caballos de sangre fría provienen del bosque de las regiones septentrionales, la estepa o la tundra. Es decir, de lugares con un clima muy frío. De hecho, esto explicaría su gran constitución, esbelta y musculosa, que sirve para protegerlos de las bajísimas temperaturas que soportan. Son animales muy fuertes y resistentes, como decíamos, razón por la cual son utilizados para el trabajo y labores de campo, además han acompañado a las personas en el día a día durante siglos.
Al igual que ocurre con los caballos de sangre caliente, podemos encontrar muchas razas que se catalogan como caballos de sangre fría. Algunas de las más populares son las del caballo de sangre fría Clydesdale, el Friesian, Haflinger, Noriker, Piotevin, Comarca, el caballo Alemán del Sur, el Lusitano, el caballo Belga. Hay que tener en cuenta que no todos los caballos de sangre fría son animales de gran tamaño. De hecho, podemos encontrarnos gigantes como el Clydesdales, pero también ponis galeses inteligentes y con buen temperamento —a pesar de que este tipo de caballos son conocidos por ser más tercos, su actitud se basa en la inteligencia, lo que significa que pueden ser entrenados para que resulten más obedientes y tranquilos—.
Como ya habrás imaginado, la clasificación de caballos de sangre caliente o caballos de sangre fría no tiene que ver con la temperatura corporal del animal, así como tampoco con la raza o los orígenes. Esta clasificación atiende, principalmente, al aspecto del animal, su función y, por supuesto, su temperamento —esto significa que podemos encontrarnos con varias razas dentro de cada una de las clasificaciones—. Los caballos de sangre caliente tienen un temperamento más activo, suelen ser animales más nerviosos y asustadizos —aunque con un buen entrenamiento, paciencia y cariño pueden llegar a convertirse en los animales más leales—. Por el contrario, los caballos de sangre fría son más estables y tranquilos, con carácter plácido e imperturbable. Esta clase de caballos suele ser muy paciente y no se asusta con facilidad. Son animales muy inteligentes y fieles compañeros que se amoldan perfectamente a los humanos.
Una tercera clasificación de caballos que debemos tener en cuenta es la de los caballos de raza templada. Según afirman algunos expertos, estos equinos son una mezcla de caballos de sangre caliente y caballos de sangre fría. En ocasiones, son denominados también como caballos de media sangre —en contraste con los caballos de pura sangre—. Este tipo de caballos suelen tener una estructura ósea más fina, ya que conservan las características del caballo árabe. Su temperamento, por el contrario, es más tranquilo y menos brioso que estos últimos. Ahora bien, eso no quita que sigan siendo más fogosos e impredecibles que sus antepasados, los caballos de sangre fría. Hoy en día estos caballos son muy utilizados como caballos de deporte, pero también para el paseo. Algunas de las razas de caballos de sangre templada más populares son las de American Albino, la American Indian, la Don neerlandés, la Oldenburgo, la Holsteiner irlandés, la Half-árabe Hanoverian, los Lipizanos y la Morgan.