Montar a caballo requiere más esfuerzo de lo que parece. Lejos de permanecer sentado a lomos del animal, sin mayor trabajo que el de tomar las riendas, el jinete ha de mantenerse en la posición correcta, acompañar los movimientos del caballo y dirigirlo en todo momento.
Por ello, comodidad y protección son dos de los requisitos básicos que ha de cumplir la ropa de un jinete. A fin de sentir plena libertad a la hora de realizar los diversos movimientos y dirigir al caballo con total facilidad, la equipación básica para montar a caballo se presenta como una de las inversiones más importantes para practicar este deporte.
Casco y botas, pantalones y calcetines, guantes y chaleco, se presentan como la indumentaria básica que, además de ser de corte elegante, está especialmente diseñada para maximizar la comodidad y seguridad del jinete en todo momento. Materiales elásticos, añadidos acolchados, o refuerzo en zonas de roce, son algunas de las características de esta indumentaria tan reconocible.
Si estás interesado en la práctica de la equitación, quédate, este artículo te interesa.
Comenzamos con una parte de la equipación que resulta obligatoria para la práctica de la equitación. Presente en cualquier disciplina hípica, el casco es un elemento fundamental en la protección y seguridad del jinete, responsable, en caso de caída, de absorber la onda de choque del golpe que pudiera derivar en un traumatismo craneal o cerebral.
Los podemos encontrar en diversos materiales, como resina o plástico, siendo el poliestireno expandido el más común. Este material, ante un choque, se deforma, protegiendo la cabeza del jinete. La última capa en su parte exterior se corresponde con un tipo de tela, con la que aportar un toque de elegancia al conjunto.
La parte interna del casco incluye materiales acolchados, potenciando la comodidad al jinete. Además de ello, el casco está dotado de elementos como: visera flexible, protección de la nunca, correas ajustables y sistemas de aireación para la evacuación del sudor, con los que maximizar, todavía más, la protección y el confort del jinete.
Dependiendo del tipo y el nivel de la práctica podemos encontrar los cascos talla a talla y los cascos ajustables.
Otro de los elementos más importantes en la equipación básica para montar a caballo son las botas y los calcetines.
Las botas garantizan a tu tobillo el agarre necesario para minimizar los continuos impactos propios de cabalgar. Un buen ajuste, como el que garantizan las botas, minimiza el riesgo de lesiones.
Por lo general, se recomienda el uso de botas de caña alta, aunque varía dependiendo de la modalidad hípica que se practique. Podemos encontrar botas a la altura del tobillo, pero carecen de la seguridad que ofrecen las primeras. Son las que se denominan botines.
Por su parte, las botas de caña alta alcanzan hasta por debajo de las rodillas, lo que se traduce en una mayor protección, evitándonos rozaduras con la montura.
Por lo que respecta a los materiales, los más frecuentes que podemos encontrar son: goma, resultando las botas más económicas, y piel, las cuales garantizan una gran flexibilidad, cualidad muy importante en las botas de montar. Estas últimas suelen ser más cómodas y de mayor calidad que las de goma.
En cuanto a los calcetines, se recomienda su uso, así como el de medias, que estén dotados de material acolchado, para minimizar las rozaduras que puede provocar el calzado.
Los pantalones adecuados para montar a caballo son aquellos confeccionados en materiales elásticos, que permiten realizar los movimientos oportunos con total libertad. Además, han de ir ceñidos a las piernas del jinete.
Dados los continuos roces a los que están sometidos, los materiales de los pantalones de montar son muy resistentes. Podemos distinguir entre: pantalones o breeches, usados en competición y concursos, están realizados en tejidos más reforzados y elegantes; y las mallas, cuya gran comodidad las convierte en la prenda perfecta para las sesiones de entrenamiento.
El chaleco cumple una función muy importante en lo que respecta a la seguridad del jinete. Se trata de una prenda obligatoria para los menores de edad y, también, para adultos en algunas disciplinas para proteger el tronco de lo jinetes, absorbiendo el impacto y minimizando las lesiones.
Pese a su no obligatoriedad en algunos casos, su importante papel protector ante las caídas justifica llevarlo en todo momento. Podemos encontrarlos más ligeros, más robustos, más flexibles… lo más importante es que sea de la talla adecuada, de lo contrario podría provocar molestias y rozaduras durante la monta.
Los guantes, al igual que el chaleco, no es una prenda obligatoria para montar a caballo. Sin embargo, son un buen remedio para minimizar las rozaduras que puedan provocar las riendas, siendo esta su principal función.
Los guantes están dotados de refuerzos entre los dedos y en la palma de la mano. También son de gran utilidad durante los meses de invierno, sumando un plus de confort al jinete, así como en verano, potenciando la transpirabilidad.
En caso de uso, se recomienda que sean ceñidos y finos, para garantizar un fácil y adecuado agarre de las riendas.
Esta prenda se emplea en competiciones y concursos. Su función es más estética que cualquier otra, aportando un plus de elegancia al jinete y su caballo.
Las chaquetas suelen ser de corte clásico, y podemos encontrarlas en colores que evoquen dicha elegancia, como el negro o el beige. Para los meses de invierno, encontramos chaquetas preparadas para hacer frente a las inclemencias climáticas propias de la época. Así, encontramos chaquetas impermeables o cortavientos, que protegen al jinete de la lluvia y el viento.
Además de esta equipación básica para el jinete, para la práctica de la equitación necesitaremos dotar al caballo de su equipación necesaria, entre la que cabe destacar: la silla de montar, las cabezadas, las embocaduras y los protectores. Estos últimos son especialmente importantes durante las jornadas de entrenamiento, para proteger las patas de los caballos.